Con
mi cuerpito de alambre
en
los bailes doy calambre
a
más de un competidor
porque
piernando el tanguano
yo soy
punto baqueano,
el posible
ganador.
Con
media luna o quebrada
dejo
a la gente pasmada,
llena
de satisfacción,
porque
de un tiempo a esta parte
naide
mostró tanto arte
ni
en los bailes de salón.
Sacando
al piso viruta
la
concurrencia disfruta
de
un bailarín como yo.
¡Viva
Alambre compadrito!
dicen
todos en un grito
que
me pone bien punzó.
De
cuore les agradezco
y
con el ghifún ofrezco
mi
mejor salutación;
y
con maniobra fugaz
elimino
de mi faz
¡un
piantado lagrimón!
Alambre,
aparte de señalar a la persona flaca, delgada, designa también al buen bailarín
de tango.
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