La piba más papusa se nos va del
suburbio,
pues se hartó de las cosas que baten
las vecinas,
puros chismes banales que sin recato
alguno
en todas direcciones dan las
entrometidas.
Risueñamente algunas hablan de un
sucedido
que data de otro tiempo, pero que da
pa’ hablar,
que refiere la historia de un breón que
la quiso,
que le dijo una sera ¡chau! y no volvió
más.
Otras baten de un quía que se encuentra
en Caseros
cumpliendo una condena por
equivocación,
que sus cartas le manda y en ellas
prometiendo
que al salir de la cárcel al civil van
los dos.
No se sabe en verdad qué otras cosas se
dicen,
pero la piba jura que pa’ siempre se
irá.
Ah, qué vecinas éstas, todas unas
metiches
que al marcharse la piba... ¡hablando
seguirán!
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