viernes, 26 de junio de 2015

A LA ÚLTIMA GRELA


Qué sola irá la grela, tan última y tan rara,
sus grandes ojos tristes trampeados por la suerte,
serán sobre el tapete raído de su cara,
los dos fúnebres ases cargados de la muerte.


Horacio Ferrer



















¿Será posta que extraña la noche tu presencia
cuando encienden los focos su incandescente luz?
¿Será que naide sabe de tu musha existencia
o será que sabiendo te hicieron ya la cruz?

¿Por dónde andarás, Grela, la del poema aquel
que escribió don Horacio inspirándose en vos?
¿Acaso ya te fuiste y ahora estás con él
chamuyando de tangos, sin hastío y sin tos?

¿Será que la Fulera al final te dio alcance?
¿Te fuiste entonces sola, tan última y tan rara,
sin tener por lo menos una mínima chance
del beso que se deja con cariño en la cara?

Pa’ mí que no te fuiste, que seguís en la vida
taqueando veredas y entonando un gotán,
porque una grela papa como vos no se olvida,
¡porque como vos otras ya nunca más serán!


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