lunes, 29 de junio de 2015

MÍA
















Mía, mía, la condena
de esperarla,
mía, mía, la tristeza
de soñarla,
y en mi copa de dolor,
como un río que desborda
bebo la nostalgia loca
de mi amor y de su adiós.

Me pidió que la esperase
sólo algunos años,
que tal vez el desengaño
la hiciera volver.
Pero el tiempo en su carrera
cada día va matando
mi anhelo desesperado
de volverla a ver.

Mía, mía, la condena
de esperarla,
mía, mía, la tristeza
de soñarla;
pero el dolor de la espera
es un licor que envenena
cada cacho de mi alma.

Me dijo que la esperara
y por eso yo la espero
como desde el primer día,
y en mi copa de dolor
bebo la horrible agonía
de mi amor.

Mía, mía, la condena
de esperarla,
mía, mía, la certeza
de saber
¡que no ha de volver!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario