lunes, 29 de junio de 2015

BAUTISMO MALEVO (Lunfasoneto)













Cuando peló el faquero la finyinga
y ésta se vio brillar bajo la luna,
él, que no era mariano ni batista,
en la mano pegó la pateadura,

de suerte que el metal, como si un ave,
de la garra salió pegando un vuelo,
y, frente al caso, todo el sabalaje,
expectante, junaba los sucesos.

El faquero se vino fulo, pero
su aterrizaje fue lo más forzoso,
pues un trompis ligó en el ancho rostro.

Y él, que no era siquiera pendenciero,
del sabalaje ante sus carozos
ya iba adquiriendo el nombre de malevo.

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